Según expertos, lo anterior tuvo como antecedente más inmediato la promulgación, el 17 de mayo de 1959, de la primera Ley de Reforma Agraria, de marcado carácter anti-latifundista y anti-feudal, la cual conllevó a la entrega de la propiedad de la tierra a más de 100 mil agricultores que no eran dueños de las parcelas que trabajaban.
En realidad como señalara el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, fue esa Ley la que determinó al gobierno de Estados Unidos a quitarle a este país caribeño la cuota azucarera y el petróleo y a establecer el bloqueo.
Poco después, como resultado del incipiente cerco económico, se cancelaron las cuotas de exportación que Cuba tenía, las cuales fueron distribuidas entre otros países de la región que se sometieron a las condiciones impuestas por Washington para el aislamiento del mayor país antillano.
Esto influyó directamente en el precio a recibir por las exportaciones del azúcar cubano, ya que hay una diferencia importante entre el Precio del Contrato No. 11 (mercado regular) y el del No.16 (Precio preferencial), ambos de la Bolsa de Nueva York, generalmente superior a los 250 dólares por tonelada métrica.
Cabe destacar entre los perjuicios- como explica además el Grupo Empresarial Azucarero Azcuba en un informe sobre los efectos del bloqueo-, la imposibilidad de entregar el azúcar cubano en la Bolsa de Nueva York, lo cual representa una desventaja.
Ésta se evidencia en que Cuba no puede contar con la posibilidad de que la Bolsa asuma la entrega de los volúmenes de sacarosa de este archipiélago, el que se ve obligado a la búsqueda de un destino final para sus exportaciones.
Tal situación confiere un fuerte argumento utilizado por los comerciantes azucareros foráneos para depreciar ese producto básico procedente de esta isla, el cual el país tiene que entregar con importantes descuentos con pérdidas económicas y de competitividad, así como un tratamiento discriminatorio.
Aunque son muchas las aristas y cuantiosos los daños del bloqueo a este sector, refiere Azcuba, estos se verificaan en varias vertientes: en primer lugar en el proceso de compra y transportación de insumos, materias primas y equipamientos para la producción cañero-azucarera e inversiones ( limitación en el acceso a créditos)
Igualmente, en la comercialización y exportación de las producciones de azúcares y derivados, lo cual golpea los ingresos financieros.
Asimismo, en la adquisición de combustibles y lubricantes para asegurar los procesos productivos, y en el impacto directo sobre estos últimos ( zafra, siembra, fertilización y otras actividades).
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