El canciller enfatizó que el golpe artero a las finanzas de su país en medio de la pandemia de Covid-19 provoca la escasez de medicamentos de uso hospitalario, que representan la diferencia entre la vida y la muerte, y de otros imprescindibles para mantener la salud de la población.
De igual forma, señaló que privó a la industria nacional de insumos necesarios para la producción de alimentos, lo cual deriva en desabastecimientos que generan ansiedad y sufrimiento en la ciudadanía.
Precisó que las importaciones de alimentos desde Estados Unidos se realizan bajo estrictas licencias y condiciones discriminatorias, además de que sus discretos montos son incomparables con los efectos del cerco norteamericano.
Insistió en que tales acciones no son fortuitas, sino que responden a una estrategia de dañar el nivel de vida de los cubanos, crear desesperación ante el desabastecimiento, las largas colas en medio de la pandemia y el aumento de precios para deliberadamente castigar al pueblo
El jefe de la diplomacia cubana detalló que el cerco estadounidense ha tenido un impacto mayor en este periodo, pues la nación caribeña incurrió en gastos en el orden de los 300 millones de dólares y más de dos mil millones de pesos (83 millones de dólares) para enfrentar esa emergencia.
Destacó que en medio de ello, los cubanos estuvieron protegidos por un sistema de salud sólido, universal y gratuito, que se activó junto al sector del conocimiento científico y su industria biofarmacéutica en función de protocolos eficaces de tratamiento y manejo de la enfermedad.
En este sentido señaló la creación de capacidades de hospitalización, la garantía de los servicios de cuidados intensivos, el acceso gratuito a pruebas de diagnóstico y la apertura de laboratorios de biología molecular en todo el país; así como el diseño de ventiladores pulmonares, cuando el bloqueo impidió la llegada de estos equipos.
Como resultado Cuba mantiene una mortalidad comparativamente más baja que otras naciones, particularmente entre el personal sanitario, los infantes y las embarazadas, significó.
Rodríguez exaltó que, pese al bloqueo, la isla caribeña desarrolló cinco candidatos vacunales contra la Covid-19, y hasta el momento inoculó a más de dos millones 300 mil cubanos con al menos una dosis.
De igual forma, resaltó el propósito de vacunar al 70 por ciento de la población este verano, y al total en este año, aun cuando se obstaculiza de forma severa el escalado industrial de la producción de vacunas.
El canciller añadió que, en medio de una fuerte campaña calumniosa contra la cooperación médica cubana, 57 brigadas médicas del contingente internacional Henry Reeve contribuyeron al enfrentamiento de la pandemia en 40 países y territorios.
El bloqueo es una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos del pueblo de Cuba, remarcó, y constituye un acto de genocidio, a tenor con la Convención de Ginebra.
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