El evento de Trump en el recinto ferial del condado de Lorain en Ohio, cerca de la ciudad de Cleveland, está destinado a apoyar a Max Miller, un exasesor de la Casa Blanca que desafía al representante republicano Anthony González por su escaño en el Congreso.
González fue uno de los 10 miembros republicanos de la Cámara Baja que votaron para acusar a Trump por su papel en la incitación al ataque de sus seguidores el 6 de enero contra el Capitolio.
Pero Trump también intenta usar el evento del sábado y los mítines posteriores para solidificar su papel como líder del Partido Republicano, señala el diario The Hill.
Trump apareció en varios eventos recientes para reaparecer en la escena política, incluido un discurso en febrero en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) y a principios de este mes ante un evento del Partido Republicano en Carolina del Norte.
La manifestación de hoy en Ohio, que tiene lugar cinco meses después de que Trump dejó el cargo, significa el inicio de una etapa de mayor nivel mediático de su pospresidencia, después de pasar gran parte de su tiempo a puerta cerrada y enfurecido por las últimas elecciones.
El exmandatario prevé realizar una serie de apariciones públicas en las próximas semanas, y a principios de julio hablará en otro acto similar en Florida, para protestar contra las políticas de inmigración del presidente Joe Biden.
Estas actividades proselitistas, señala la agencia Associated Press, también se producen después de el diario The New York Times informó que se podrían presentar cargos contra la Organización Trump en los próximos días, en una pesquisa que el exmandatario denunció como una ‘cacería de brujas’.
Según la agencia AP, Trump sigue siendo una figura profundamente polarizadora, es extremadamente popular entre la base republicana y prometió ayudar a los republicanos a recuperar el control del Congreso en las elecciones de mitad de período del próximo año.
Al mismo tiempo, Trump continúa obsesionado con sus esfuerzos continuos para anular los resultados de las elecciones de 2020, que insiste en que ganó, a pesar de que los principales funcionarios electorales, su propio fiscal general y numerosos jueces aseguran que no hay evidencia de fraude masivo.
Trump enfrenta más de una docena de investigaciones y juicios activos que involucran una amplia gama de asuntos, incluidas acusaciones de conducta sexual inapropiada, disputas financieras e investigaciones gubernamentales sobre sus negocios y sus esfuerzos por revertir las elecciones de 2020.
mem/rgh