‘Boris Johnson tiene que irse’, corearon los manifestantes a su paso por las calles del centro de la ciudad, camino hacia la Plaza del Parlamento.

Esta marcha es contra el gobierno, contra el nuevo proyecto de ley que pretende prohibir las protestas pacíficas y por la libertad de Palestina y por la lucha contra el cambio climático, aseguró a Prensa Latina el trabajador del servicio postal Paul Thomas.
El exlíder del Partido Laborista Jeremy Corbyn se unió a la caminata a la altura de la residencia oficial de Johnson en el número 10 de Downing Street, y luego habló a la multitud desde una tribuna improvisada frente al Parlamento.
Tenemos que tomarnos muy en serio nuestra campaña por la justicia medioambiental a nivel mundial y en este país, afirmó Corbyn.
Según explicó el veterano político británico, la gente más pobre de los países más pobres son los que más sufren por la mala calidad del aire y de los alimentos, y tienen la menor esperanza de vida, además de estar a merced de las inundaciones, las pandemias y los desastres naturales.
La también legisladora laborista Zara Sultana aseveró que el gobierno conservador cometió un ‘asesinato social’ durante la pandemia de Covid-19, al mantener a los trabajadores de salud sin los equipos de protección adecuados y enviar a los adultos mayores a los hogares de ancianos sin hacerles pruebas.
Esta es una lucha intersectorial, intergeneracional e internacional, apuntó, por su parte, la activista del movimiento Black Lives Matter Majestic Marvina.
Los manifestantes convocados por la Asamblea Popular también exigieron la renacionalización de industrias claves como los ferrocarriles, y denunciaron los presuntos intentos del gobierno conservador de vender el Servicio Nacional de Salud (NHS) a empresas estadounidenses, al gripo de ‘el NHS no está en venta’.
rc/nm/gdc
















