El coordinador humanitario Bruno Lemarquis, dijo estar indignado por los asaltos al centro de salud de Médicos sin Fronteras en Martissant, en la entrada sur de Puerto Príncipe, y subrayó que los civiles no deben ser blanco de ataques, y los pacientes deben poder obtener tratamiento médico.
Los humanitarios no son objetivos, escribió Lemarquis en un mensaje en sus redes sociales.
Este lunes el hospital de MFS anunció un cierre temporal, tras el atentado recibido, presuntamente por bandas armadas.
Los hechos no provocaron heridos, no obstante la directiva evacuó al personal y los pacientes de la institución, situado en el corazón de una guerra por el control territorial.
‘En momentos en que deberíamos poder ampliar nuestras actividades debido al Covid-19 y otras necesidades, estamos luchando para mantener nuestras estructuras abiertas a pesar de las deplorables condiciones de seguridad’, lamentó la jefa de misión de MSF en Haití, Alessandra Giudiceandrea.
Desde el 1 de junio, la zona donde está emplazada el centro es escenario de intercambios hostiles entre pandillas que hasta la fecha cobraron más de 50 vidas, de acuerdo con organizaciones de derechos humanos.
Según datos del Gobierno, al menos ocho mil 500 personas tuvieron que huir de sus hogares por los intercambios hostiles, y refugiarse en espacios públicos sin las condiciones de vida mínimas.
Por su parte, la ONU estima que la cifra real supera los 12 mil desplazados, que también enfrentan violencia en las casas de acogida o los refugios temporales.
msm/ane