Un reporte de la oficina integrada en el país revela que el 27 por ciento de la población carcelaria encuestada aseguró ser víctima de malos tratamientos, mientras el 44 por ciento los presenciaron.
De enero a marzo de este año, representantes de la ONU visitaron 12 centros penitenciarios y entrevistaron a 229 personas para documentar las condiciones de detención y el trato que reciben los internos.
El informe destaca que desde 2015 aumentó un nueve por ciento la aprehensión preventiva prologada, por lo que actualmente el 82 por ciento de los encarcelados se encuentran en espera de acciones judiciales.
Este fenómeno contribuye al hacinamiento de los centros penitenciarios, las malas condiciones de vida, además que viola los derechos de los reos, señala.
El uso excesivo de la prisión preventiva, unido a la limitada capacidad del sistema judicial para juzgar los casos penales con prontitud, aceleró la sobrepoblación carcelaria y en algunos centros de detención hasta 60 personas se encuentran hacinadas en espacios de 20 metros cuadrados, algo que les impide ‘siquiera tumbarse en el suelo para dormir’, deplora el texto.
Critica la falta de ventilación y el acceso limitado al agua, saneamiento y asistencia médica, en medio de la propagación de la pandemia de Covid-19.
Especialmente, indica que en las últimas semanas más de 500 reclusos de la Penitenciaría Nacional de Puerto Príncipe tuvieron fiebre, diarrea y otros síntomas relacionados con la enfermedad generada por el coronavirus SARS-CoV-2.
Aunque reconoce que las autoridades tomaron algunas medidas para reducir el uso de la detención preventiva, señala que ‘tardarán en conseguir los efectos previstos’.
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