Las quemas en ese periodo aumentaron un 2,6 por ciento respecto a la misma etapa de 2020, cuando la región estableció una marca.
En la comparación entre mayo y junio, hubo un incremento del 98 por ciento de los fuegos en el bioma de un mes a otro, según datos del INPE.
A pesar de ello, la temporada de incendios aún no ha comenzado y el Gobierno federal publicó el martes un decreto con validez inmediata en el que suspende por 120 días el uso de fuego en territorio nacional por el inicio de la sequía.
Los datos muestran que la situación resulta preocupante en la Amazonia incluso antes del inicio de la temporada de igniciones, que empieza en agosto de cada año y dura unos cuatro meses.
Mayo fue mes de marca en cuanto a incendios: los satélites del INPE registraron mil 166 focos, lo que supone un aumento del 49 por ciento respecto a lo registrado en el mismo periodo de 2020.
El guarismo de mayo resultó también un 34,5 por ciento superior a la media histórica del ciclo.
Sin embargo, en la comparación entre mayo y junio, el aumento de los incendios en la última etapa fue del 98 por ciento de un mes a otro.
El portal de noticias G1 aseguró que la organización no gubernamental Greenpeace Brasil relacionó los incendios con la deforestación y el cambio climático.
La ONG también recordó que la quema de bosques y otra vegetación autóctona es la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero en el gigante suramericano.
‘Estamos viviendo un momento muy triste para la selva y sus pueblos’, denunció Rômulo Batista, portavoz de la campaña de Greenpeace Brasil para la Amazonia.
Consideró que el llamado pulmón del mundo está siendo atacado por todos lados: ‘sea por actores de la deforestación, acaparadores de tierras, madereros y mineros que avanzan sobre la selva o los territorios’.
O, remarcó Batista, ‘a través del Congreso y el Poder Ejecutivo que, no solo no combaten estos crímenes y daños ambientales, sino que los fomentan, sea por actos u omisiones’.
Un estudio del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia (IPAM) y de Woodwell Climate Research mostró que un área de cinco mil kilómetros cuadrados deforestados en la Amazonia, correspondiente a 500 mil campos de fútbol o cuatro veces la ciudad de Sao Paulo, está en riesgo de arder en la temporada de incendios de 2021.
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