En el discurso pronunciado al término de la jornada ecuménica de reflexión y oración por ‘el país de los cedros’, el sumo pontífice señaló que esa pequeña, pero gran nación, es un mensaje universal de paz y fraternidad que se yergue en el Medio Oriente.
Su vocación es la de ser una tierra de tolerancia y pluralismo, un oasis de fraternidad donde religiones y confesiones diferentes se encuentran, donde diversidades conviven anteponiendo el bien común a los beneficios particulares, resaltó.
En ese sentido, reiteró lo expresado por él en el encuentro ecuménico realizado el siete de julio de 2018 en la ciudad de Bari, donde subrayó que ‘quienes detentan el poder se pongan final y decididamente al servicio verdadero de la paz y no de sus propios intereses’.
Basta usar al Líbano y el Medio Oriente para intereses y ganancias ajenas, dijo el papa, quien subrayó la necesidad de ‘darle a los libaneses la posibilidad de ser protagonistas de un futuro mejor en su tierra y sin interferencias indebidas’.
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