En su conferencia de prensa matutina le preguntaron quién era su precandidato presidencial preferido, si el actual canciller Marcelo Ebrard, la jefa de Gobierno capitalino Claudia Sheinbaum, el líder congresista, senador Ricardo Monreal, o si por el contrario tiene a otro aspirante ‘tapado’.
También lo cuestionaron sobre si ese ‘tapado’ era él mismo como en muchas ocasiones la oposición lo ha acusado de tener la intención de inaugurar una segunda vuelta presidencial.
López Obrador respondió lo mismo de siempre, que las tapaderas fueron creadas por el dictador Porfirio Díaz, ni la revolución mexicana las pudo eliminar y las continuaron los gobernantes sobre todo de la época más reciente.
Reiteró que es partidario de la no reelección, y que debe terminar su mandato a finales de septiembre de 2024 cuando le entregará el mando al ganador de las elecciones de julio de ese año, y no volverá a participar en política, en nada.
Lo que hago ahora, señaló, es aplicarme a fondo para que avancemos en la transformación de la vida social del país, y que sea tanto el avance logrado, que en el caso remoto de que regresaran al gobierno los corruptos, les costara trabajo destruir lo alcanzado.
Por eso, dijo, me estoy apurando en sentar las bases para la construcción del cambio.
El tema de su reelección no es nuevo. La oposición lo acusó de que sus programas de bienestar social y desarrollo económico escondían su intención de conseguir una reforma constitucional para introducir la posibilidad de una segunda estancia en el Palacio Nacional, lo cual lo motivó a firmar una declaración pública de que eso no sucedería jamás.
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