Los representantes del comité organizador, presidido por Seiko Hashimoto, los Comités Internacionales Olímpico, con Thomas Bach al frente, y Paralímpico, encabezado por Andrew Parsons, y de las autoridades de Tokio (Yuriko Koike, gobernadora) y del Gobierno central nipón acordaron en una reunión celebrar la magna justa sin público en los estadios.
‘Es extremadamente triste que los Juegos se lleven a cabo de una manera muy limitada ante la propagación de los contagios de coronavirus. Lo siento mucho por los poseedores de entradas y los residentes locales que esperaban con ansias los Juegos’, afirmó Hashimoto a la prensa.
Bach respaldó la decisión adoptada ante el creciente aumento de los casos del coronavirus SARS-CoV-2 en el área metropolitana de Tokio.
Hemos demostrado esta responsabilidad desde el día del aplazamiento. Apoyaremos cualquier medida que sea necesaria para tener unos Juegos Olímpicos y Paralímpicos seguros para el pueblo japonés y todos los participantes, subrayó el dirigente alemán.
Este jueves Tokio confirmó 896 nuevos positivos para superar el número registrado una semana antes por decimonoveno día consecutivo.
Ante esta situación, el primer ministro japonés, Yoshihide Suga, declaró hoy el estado de emergencia en el área metropolitana de esta capital, desde el lunes 12 de julio y hasta el 22 de agosto.
Los organizadores de la Olimpiada, cuya inauguración está prevista para el 23 de julio, nunca descartaron la celebración de competiciones a puerta cerrada, pese al impacto de la situación epidémica, ni cuando anunciaron que tenían previsto permitir la entrada de hasta 10 mil espectadores o la mitad del aforo de las instalaciones.
En los últimos días, ante la creciente confirmación de nuevos infectados por el coronavirus, las autoridades adelantaron la posibilidad de reducir la cifra hasta cinco mil incluso a cero, o celebrar sin aficionados las pruebas que comiencen después de las 21:00, hora local, incluidas las ceremonias de apertura y clausura.
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