De acuerdo con el artículo de la revista científica, los pobladores mayas en tal área disminuyeron justo en momentos de sequía correspondientes a tres períodos diferentes: entre 90-280 después de Cristo (d.C), del 730-900 d.C y durante un intervalo menos estudiado: 1350-950 antes de Cristo (a.C).
Los investigadores encontraron también que algo similar ocurrió por un período muy húmedo registrado entre 400 y 210 a.C.
Por otro lado, se descubrió que dicho territorio empezó a ser asentamiento maya antes de la fecha sugerida por la evidencia arqueológica, pues los pobladores estuvieron presentes en Itzán unos 650 años antes de lo pensado, puntualiza el documento.
En el estudio, los especialistas utilizaron una técnica relativamente nueva que consiste en analizar estanoles, moléculas orgánicas ubicadas en la materia fecal humana y animal, sacadas del fondo del lago cerca de los yacimientos de la antigua civilización.
Medir las concentraciones de estos compuestos fijados en las capas de sedimentos a lo largo del tiempo ofreció a los expertos evidencias sobre cambios poblacionales contrastables con los registros históricos.
‘Esta investigación debería ayudar a los exploradores con una nueva herramienta para observar alteraciones que podrían no verse en la evidencia arqueológica, porque es posible que la evidencia se haya perdido, destruido o nunca existió’, puntualizó Benjamin Keenan, coautor del artículo.
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