La incesante tendencia al aumento en ambos índices en este continente ocupa lugar cimero en la atención de los medios especializados, inquietos por una propagación incontrolable de la pandemia en los países al sur del Sahara, cuyas consecuencias es difícil prever, pero de impacto catastrófico.
En el aparte más tétrico, el de los decesos, la estadística del CPCE refleja 897 durante las últimas 24 horas y un acumulado de 149 mil 606 desde la irrupción de la pandemia en los estados subsaharianos.
Los contagios muestran situación similar: 48 mil 592 durante la jornada del jueves, casi un centenar más que el día anterior y un total de cinco millones 777 mil 28.
Aunque los números africanos son bajos en términos relativos, vista la cantidad de países y la suma de las poblaciones, alrededor de mil 300 millones de seres humanos, los facultativos alertaron desde muy temprano que las condiciones en este continente favorecen una propagación incontrolable de la pandemia y sus mutaciones.
Asimismo, la ausencia de un programa de contención, frágiles sistemas de salubridad, las condiciones políticas y económicas, las aglomeraciones en campamentos de desplazados junto a fenómenos climáticos forman un caldo de cultivo ideal para un apocalipsis.
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