La alcaldesa de la localidad, Nikuyah Walker, aseveró que retirar la pieza es un pequeño paso más hacia el objetivo de ayudar a Estados Unidos a lidiar contra el racismo.
La remoción demoró años debido a una lucha legal a propósito de una ley estatal que protege los monumentos de guerra y por la cual la escultura se guardará en un lugar seguro hasta tanto el Ayuntamiento tome una decisión final.
La retirada de la estatua de Lee tiene lugar cuatro años después que estallara en ese sitio una marcha de ultraderechistas que terminó de forma violenta y en la cual falleció en el tumulto Heather Heyer, una activista pacífica opuesta a esa ideología.
El suceso desató una controversia nacional sobre el racismo, particularmente después de que el entonces presidente Donald Trump insistió en que ‘ambos bandos tenían la culpa’.
Este sábado, en medio de una abundante presencia policial y con calles bloqueadas, algunas personas se acercaron para ver cómo la grúa bajaba la figura del general Lee del pedestal y hubo vítores en ese momento, reportaron medios locales.
Además, la alcaldía de Charlottesville retiró también la estatua de otro general confederado, Thomas J. ‘Stonewall’ Jackson.
Los monumentos que conmemoran a generales y oficiales de la Confederación son considerados para unos símbolo de orgullo y parte de la historia, pero otros los ven como una imagen de racismo, supremacía blanca e intolerancia.
El bando confederado, que perdió la guerra civil en Estados Unidos en el siglo XIX, era integrado por personas favorables a la esclavitud, por lo que muchos afroamericanos consideran hoy ofensiva la presencia de sus emblemas en lugares públicos del país.
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