El Ejército precisó que 64 de esos individuos perecieron y otros 104 resultaron arrestados durante la operación Maliko, la cual comenzó a principios del 2020 para combatir a los grupos extremistas en las regiones de Gao, Kidal, Tombuctú, Taoudéni, Ménaka, Mopti y Ségou, a fin de prevenir la expansión del terrorismo hacia el sur.
La fuente agregó que otros 106 integristas murieron y 52 fueron apresados por misiones conjuntas del Ejército maliense y la fuerza francesa Barkhane, que opera en la región africana del Sahel.
También se aniquiló a 75 radicales y detuvo a otros 40 en operaciones de las tropas nacionales realizadas en coordinación con las del G5-Sahel, grupo de países integrado por Mauritania, Mali, Burkina Faso, Níger y Chad.
Además de la operación Barkhane y G5 Sahel, en Malí también actúa la Misión de la ONU en el país –Minusma- que en abril empleó a 12 mil 968 militares, mil 746 policías y mil 180 civiles de diversas nacionalidades; y ahora se considera la más peligrosa del mundo, la cual ya sufrió más de 200 víctimas.
El gobierno francés informó una reducción gradual de los cinco mil 100 efectivos de la Barkhane, actualmente desplegados en los países de la región saheliana para enfrentar las agresiones terroristas.
Mali se halla en un proceso de tránsito tras dos golpes de Estado en menos de un año y falta control en zonas del país, concretamente del norte y del centro, donde la autoridad es prácticamente ausente y son afectados por ataques de grupos terroristas de distorsionada confesión islámica.
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