En un telegrama de condolencias enviado al nuncio apostólico en Iraq, monseñor Mitja Leskovar, el secretario de Estado vaticano cardenal Pietro Parolín señaló que, ‘profundamente entristecido’, el sumo pontífice ora especialmente por quienes murieron y por el consuelo de sus familiares y amigos que lloran su pérdida.
Asimismo, apuntó que ‘invoca las bendiciones de Dios de consuelo, fortaleza y paz’ para los pacientes, el personal del nosocomio y quienes prestan servicios de asistencia.
Según informaciones procedentes de Bagdad, la capital iraquí, el siniestro fue provocado la víspera por la explosión de bombonas de gas y dejó un saldo de más de 60 personas fallecidas.
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