El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, condenó enérgicamente ese trágico hecho y recalcó que los autores del crimen deben comparecer ante la justicia.
Por medio de un comunicado difundido por la oficina de su portavoz, el diplomático portugués expresó su pésame al pueblo y al Gobierno de Haití y a la familia del difunto mandatario.
Asimismo, instó a todos los haitianos a preservar el orden constitucional, permanecer unidos ante este acto abominable y rechazar la violencia.
Las Naciones Unidas seguirán apoyando al Gobierno y al pueblo de esa nación caribeña, destacó Guterres.
De acuerdo con reportes de prensa, en la madrugada del 7 de julio el presidente haitiano fue ultimado con al menos 12 disparos en su residencia en Petion Ville y durante el asalto su esposa Martine Ethienne resultó gravemente herida.
Como parte de las investigaciones, la policía local arrestó a 20 de las 28 personas que presuntamente integraron el comando armado para asesinar al jefe de Estado, mientras cinco se dieron a la fuga y otros tres murieron en enfrentamientos con las autoridades.
También tienen bajo custodia a Christian Enmanuel Sanon, acusado de ser uno de los cabecillas del crimen y quien fue la primera persona con la cual se comunicaron los arrestados cuando se bloqueó su camino de huida.
A Sanon lo vinculan con una empresa de seguridad basada en Estados Unidos, mediante la cual se contrataron los presuntos mercenarios que participaron en el hecho, la mayoría de ellos de nacionalidad colombiana.
Las agencias al servicio del Gobierno estadounidenses como la Administración de Control de Drogas y el Buró Federal de Investigaciones reconocieron que algunos arrestados podrían ser antiguos informantes.
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