Más de 80 familias se enfrentan a la expulsión del barrio jerosolimitano de Batan al-Hawa por orden de las fuerzas de ocupación, que también planean destruir 100 viviendas en el vecindario de Silwan, detalló el ministro palestino de Asuntos de Jerusalén, Fadi al-Hadmi, durante un encuentro con el embajador jordano Muhammad Abu Windi.
El funcionario alertó sobre el incremento de las demoliciones de viviendas, los planes de desalojo israelíes y las campañas de arresto contra los palestinos de Jerusalén en un intento por imponer un hecho consumado en el terreno.
Estas agresiones requieren una acción inmediata de la comunidad internacional para brindar protección al pueblo palestino, a los lugares sagrados islámicos y cristianos y poner fin a la ocupación, enfatizó.
Según la ley israelí, si un judío prueba que su familia vivía en Jerusalén Este antes de la creación del Estado en 1948 puede reclamar la propiedad, pero a los palestinos les está vetado ese mismo derecho.
La coordinadora humanitaria de la ONU para los territorios palestinos ocupados, Lynn Hastings, visitó ayer los barrios jerosolimitanos de Isawiya y Silwan, poblados en su gran mayoría por palestinos.
Tras su recorrido, Hastings criticó la estrategia de colonización israelí en Cisjordania y Jerusalén oriental.
Esta política hace imposible a los palestinos vivir de forma segura en sus propios hogares, escribió en su cuenta en Twitter.
Tras ocupar la zona oriental de Jerusalén en 1967, el Estado judío declaró 14 años después a esa urbe como su capital eterna e indivisible, postura rechazada por la comunidad internacional y resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Desde entonces los palestinos han denunciado los intentos de Israel de judaizar la metrópolis mediante la colonización y expulsión de los árabes.
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