Al intervenir en un evento virtual convocado por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, la subdirectora general para Estados Unidos en el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex), Johana Tablada, denunció cómo ante el fracaso de su política contra la Revolución durante más de 60 años, Washington buscó nuevos pretextos.
De acuerdo con la fuente, la nación caribeña está frente a una de las operaciones y campañas de desinformación más grandes entre las desplegadas en los últimos tiempos, protagonizada por la Casa Blanca e instrumentada en sofisticadas tecnologías y medios.
Recordó cómo Washington a lo largo de la historia usó contra el país distintas formas de agresión: invasión mercenaria, guerra económica sostenida, planes de subversión, presiones a la comunidad internacional para tratar de aislar a Cuba, ataque diplomático, político y mediático.
La razón principal de todo esto nunca han sido los derechos humanos del pueblo o su bienestar, sino el deseo del Gobierno norteño de dominar y aniquilar a una Revolución que desde 1959 responde a un movimiento de justicia social, remarcó Tablada.
‘Estados Unidos ve en la pandemia de la Covid-19 un aliado para conseguir lo que no logró en 60 años’ y con la llegada de Internet apeló a los recursos más sofisticados para generar desorden, enfatizó.
La diplomática mencionó los programas de injerencia contra Cuba con financiamiento millonario del Gobierno norteamericano, para impulsar operaciones de comunicación cuyo único objetivo es retar a la verdad y manipular las noticias para denigrar la obra, el prestigio y los resultados de un pueblo, aseveró.
También la fuente condenó el impacto del bloqueo económico, comercial y financiero de la Casa Blanca contra La Habana, que impide la llegada de combustibles a la isla, persigue transacciones financieras y obliga a los proveedores habituales de materias primas e insumos del país caribeño a dejar de administrar estos recursos.
Todo ello, en medio de la crisis económica mundial y el azote de la pandemia de la Covid-19, puntualizó.
Tablada reiteró que en Cuba el pasado 11 de julio no hubo un estallido social, sino protestas, disturbios y algunos actos de vandalismo; tampoco persisten las personas en la calle, ni hay días de paro, crímenes o masacres, dijo.
Destacó la manera en que inmediatamente la población salió a las calles en defensa de la Revolución, y ponderó cómo pronto los medios públicos cubanos y usuarios subieron videos a las redes sociales e informaciones para contrarrestar la desproporcionada campaña de demonización contra la isla.
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