Pese al llamado de las autoridades de evitar grandes concentraciones por el aumento de contagios, los fieles se congregaron y oraron en el exterior de las mezquitas en ocasión de la fiesta más importante del Islam.
La víspera, en una comparecencia televisada, el presidente Joko Widodo les pidió que rezaran en sus casas y no se reunieran ni siquiera para el sacrificio de los corderos, la principal ceremonia del Eid.
El repunte de la enfermedad data desde el final del Ramadán (mayo), cuando millones de personas se desplazaron por todo el país, pero se agudizó en junio y cobró sus mayores cifras en el presente mes, con 56 mil 757 casos el jueves 15. El de muertes (mil 338), data de ayer.
Este martes el número de infectados disminuyó notablemente (38 mil 325), pero el total ya roza los tres millones (dos millones 950 mil 58, el segundo mayor de Asia después de la India).
Los fallecimientos, entretanto, no estuvieron muy lejos del máximo al notificarse mil 280. El acumulado subió a 76 mil 200.
Epidemiólogos locales dijeron temer que el Eid dispare los contagios y ponga en una situación peor a los ya desbordados hospitales.
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