Los expertos refieren que el khipu, uno de los grandes misterios del pueblo inca, resultó un instrumento de almacenamiento de información consistente en cuerdas de lana o algodón, con diversos colores y nudos; así como, un sistema de contabilidad o compendio de relatos épicos de indígenas difuntos.
De acuerdo con los especialistas, ese método de sabiduría precolombina creado también con fibras de animales, pelos humanos y plumas, constituyó una técnica de escritura, tesis aportada, entre otros, por el ingeniero William Burns Glynn.
En la actualidad, colecciones privadas y museos del mundo atesoran alrededor de mil de esos instrumentos, antiguamente solo en posesión de los administradores del imperio inca, los únicos capacitados para descifrarlos y autorizados a enunciar su contenido.
A juicio de los especialistas, 85 por ciento de ellos posee nudos asociados con números; mientras que los nudos del 15 por ciento restante devienen forma de escritura con historias, testimonios, mensajes o leyendas, aún indescifrables para los estudiosos de las comunidades originarias.
La exposición contribuye también a la preservación de ese legado de la civilización incaica, gracias a la digitalización, y revela aspectos como las características que los distinguen, respecto a distribución de los patrones de color y la torsión de las cuerdas y el espaciado.
Otra de las peculiaridades de los khipus es la manera de confeccionar los nudos—simple, larga y en forma de ocho—, usados entre los años 900 y 950 antes de Cristo y estandarizados como tecnología administrativa, refirieron los organizadores de la exhibición.
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