La cancillería palestina alabó en un comunicado la postura de la compañía Ben & Jerry’s porque ‘rechaza trabajar con el sistema imperial ilegal e inmoral que Israel perpetua en nuestra tierra ocupada’.
El Ministerio de Relaciones Exteriores llamó a otras empresas extranjeras a adoptar posiciones similares.
La corporación aclaró que comenzará a aplicar la medida una vez que concluya el contrato vigente, a finales del próximo año, y explicó que no se aplicará a Israel sino a los territorios ocupados, en referencia a Cisjordania y Jerusalén oriental.
El anuncio de la firma, subsidiaria de Unilever, desató una tormenta mediática y política en el Estado judío.
Durante un dialogo con el director ejecutivo de Unilever, Alan Jope, el primer ministro Naftali Bennett advirtió que ‘tomará medidas enérgicas’.
Mientras, el embajador israelí en Estados Unidos, Gilad Erdan, envió cartas a los gobernadores de los 35 estados norteamericanos con leyes contra el boicot al Estado judío para solicitarle sanciones a la empresa en el marco de sus propias legislaciones.
Pero la diputada árabe-israelí Aida Touma Sliman afirmó que decisión de Ben & Jerry’s fue apropiada y moral.
‘Los territorios ocupados no son parte de Israel, por lo cual esa medida es un paso importante para ayudar a presionar al gobierno de Tel Aviv a abandonar esas zonas, subrayó.
En la guerra de 1967 ese país ocupó Cisjordania y la zona este de Jerusalén, tras lo cual comenzó un proceso de colonización judía cuestionado por la comunidad internacional, que reconoce esas tierras como parte del futuro Estado palestino.
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