López tiene 27 años, esconde a una guerrera bajo su sonrisa tímida y la acompaña en esta gran aventura su compañera de mil batallas, como llama a Zúñiga.
Esta última es fuerte, decidida, y aporta la experiencia (34 años) en el bote de doble par peso ligero, aunque las dos comparten desde hace años el deseo de representar a su país en unos Juegos Olímpicos.
El sueño se concretó en marzo pasado, cuando la sexta plaza en la Regata Clasificatoria Olímpica de las Américas y Campeonato Sudamericano de Río de Janeiro le dio el boleto a la cita veraniega.
Llegan a Japón con varios logros en el ciclo olímpico actual: para López, tres medallas de oro y dos de plata en los Juegos Centroamericanos de Managua 2017 y un bronce y un cuarto lugar en los de Barranquilla 2018.
En el caso de Zúñiga el recorrido es mayor, comenzó en los Centroamericanos y del Caribe de Mayagüez 2010; en Managua 2017 ganó un oro y una plata, mientras que en Barranquilla consiguió igual logro que su compañera.
Ahora tendrán su debut en Tokio 2020, al igual que la badmintonista Nikté Sotomayor, quien será la primera mujer en representar a su disciplina en un certamen olímpico.
Antes lo logró en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, cuando la guatemalteca se colgó la primera presea (bronce) a ese nivel en el single femenino.
Sotomayor comenzó en el deporte a los 12 años en su natal Retalhuleu y a diferencia de sus padres, ex seleccionados de baloncesto, optó por desconocido juego del ‘gallito’.
En 15 años le ha dado reveses, pero más alegrías, con un palmarés de ocho medallas en Juegos Centroamericanos y del Caribe, seis en Juegos Bolivarianos y una en Panamericanos.
Cuando parecía que no llegaba a los puntos exigidos por el ranking mundial debido a la parálisis a la que obligó la pandemia de la Covid-19, la noticia llegó en junio, una clasificación que agradeció a sus entrenadores, compañeros y familia.
‘Este es el resultado de muchos años de esfuerzo, vamos a dar lo mejor para representar a este increíble país que es Guatemala’, aseguró, porque Tokio ya no era un sueño.
Tampoco lo es para Waleska Soto, quien en julio de 2019 en Lima, Perú, tuvo la recompensa de años de trabajo duro en el tiro con armas de caza. Una olimpiada era algo que había esperado toda su vida, después de quedarse corta para estar en Toronto 2015.
Luego de varios meses de intensa preparación internacional, Soto está a las puertas de sus primeros Juegos Olímpicos, en los que espera vivir al tope su pasión por Guatemala, el lema que identifica a los 24 atletas integrantes de la delegación nacional.
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