Según el sitio noticioso, Dino, quien avisó sobre ese riesgo en la última reunión en Sao Paulo con el fundador del Partido de los Trabajadores, no fue el único líder político que lo hizo.
De acuerdo con la fuente, el gobernador afirmó estar convencido de que la próxima será una campaña marcada por actos de violencia ante la posibilidad de que el presidente Jair Bolsonaro sea derrotado en las urnas.
Para Dino, el clima está siendo preparado por el propio Bolsonaro y sus seguidores más radicales, ‘lleven o no uniforme’, asegura el medio.
La flexibilización de las normas para la compra de armas aumentó exponencialmente el número de brasileños armados.
Datos de la Policía Federal revelaron que en 2020 se registraron 179 mil 771 nuevos artefactos bélicos, lo cual supone un incremento del 91 por ciento respecto a lo registrado en 2019, año en el que ocurrió una fuerte subida del 84 por ciento.
Comentaristas políticos alertan que cuando Bolsonaro insiste en que el voto electrónico debe dar paso al impreso, prepara el camino para descalificar los resultados de las justas comiciales si las pierde.
Para ello cuenta con el apoyo del ministro de Defensa, el general Braga Netto, y de los mandos del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea.
Los asesores de Lula creen que debe exponerse al mínimo en la campaña electoral del próximo año y dedicar la mayor parte de su tiempo a la grabación de anuncios de radio y televisión, a debates virtuales o no y a operaciones en las redes sociales.
Acciones con presencia física solo tendrán lugar en entornos restringidos y serán pocos los viajes.
Una nueva encuesta de intención de voto reveló el 7 de julio que Lula supera a Bolsonaro en todos los escenarios para la votación de 2022.
Resultado de una asociación entre la empresa Genial Inversiones y la consultora Quaest Consultoría e Investigaciones, los datos del sondeo revelaron que el exdirigente obrero exhibe una preferencia de 43 a 45 por ciento de los encuestados contra 28 a 29 del exmilitar.
La impopularidad de Bolsonaro coincidió con el avance de los trabajos de una comisión del Senado que investiga la gestión gubernamental ante la Covid-19.
De igual manera por la llegada de una segunda ola de la enfermedad que cobró más de 545 mil muertes.
La intención de voto de Lula se fortaleció desde que recuperó sus derechos políticos en marzo, luego de que un juez del Supremo Tribunal Federal anulara todas sus condenas.
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