‘Al atacar al pueblo cubano (Washington) quiere hacer inviable el Gobierno (de La Habana), al irrespetar el derecho de ese país a decidir sus propios asuntos internos’, declaró Rousseff de manera exclusiva a Prensa Latina.
Denunció que cualquier agresión contra la soberanía de Cuba es absolutamente inaceptable. ‘También resulta inconcebible el empeoramiento deliberado de una situación de penuria impuesta por un asedio económico, en sí mismo inicuo y aún más criminal al ser reforzado precisamente en medio de una pandemia’ de Covid-19.
Para Rousseff, ‘Cuba está siendo perturbada por una crisis que tiene algunas características de las guerras híbridas y Estados Unidos utiliza la fuerza del dólar y el sistema financiero, ligado a él, para procurar intervenir en la isla’.
Certificó que ‘esta intervención económica de una gran potencia económica sobre otro país provoca daños comparables a los de una guerra convencional. Y esto es lo que está ocurriendo’.
Autoridades cubanas emplazan al gobierno de Estados Unidos por su complicidad en los disturbios ocurridos el 11 de julio en localidades del país, en los cuales utilizaron herramientas tecnológicas para incitar a actos desobedientes y crear la imagen de movilización popular que intentan defender.
La exgobernante (2011-2016) explicó a Prensa Latina que las guerras híbridas son acciones desestabilizadoras, sin ejércitos formales.
De modo, aseveró, ‘que el agresor puede actuar, más o menos subrepticiamente, aprovechando las crisis como oportunidad para crear ambientes de malestar que, de manera eventual, servirán de pretexto para un golpe de Estado o una intervención más directa y abierta’.
Recordó que el 23 de junio, 184 países, casi todos los del mundo, votaron en la ONU a favor del fin inmediato de los más de 60 años de cerco contra Cuba.
Solo Estados Unidos e Israel optaron por la continuación del bloqueo y algunos países, como Brasil, lo omitieron vergonzosa y pusilánimemente, lamentó.
La exmandataria reiteró que el pueblo y gobierno cubanos tienen el derecho inalienable de resolver sus asuntos internos sin injerencias externas.
Mencionó nuevamente la intervención mediante el uso del poder económico y refirió que ‘este tipo de intromisión, el cual promueve e incluso sostiene financieramente la exportación de la inestabilidad política, equivale a un acto de agresión, pues infunde violencia y somete a todo un pueblo al sufrimiento y las privaciones’.
La asfixia económica de Cuba por parte de Estados Unidos, con amenazas de castigo a países y empresas que se atreven a incumplir la férrea medida unilateral, dificulta el acceso del pueblo cubano a lo que necesita para sobrevivir, alertó.
Indicó que, con el sufrimiento causado por la pandemia, una parte de la población en la isla se ve abocada a una situación angustiosa y, en cuanto a la crisis sanitaria, esa pequeña nación hace mucho por el mundo y por sí misma.
En un gesto de rara solidaridad, Cuba envío brigadas médicas y profesionales sanitarios a 39 países, entre ellos naciones europeas, apuntó la expresidenta.
Internamente, detalló, ‘desarrolla por su cuenta la creación de varias vacunas (antiCovid-19), y dos de ellas se aplican. Sin embargo, el bloqueo económico impide, incluso, la importación de jeringuillas y suministros para la inmunización masiva’.
En su extendida denuncia, Rousseff remarcó que ‘ningún país podría sobrevivir a un acoso de esta magnitud durante más 60 años, pero Cuba sobrevivió. Con enormes dificultades, pero sin renunciar a los derechos básicos de su población y a las ideas que mueven a su pueblo y a su gobierno’, afirmó.
Demandó que ‘Cuba, que tanta solidaridad ha dado al mundo, atraviesa una situación difícil y necesita la solidaridad del mundo’. Hizo alusión al líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, quien ‘advirtió que la estrategia imperialista es crear una situación de máximo descontento en la isla, para dividir a la población y llevarla a un conflicto interno’.
Ponderó que ‘una gran manifestación popular en apoyo a la paz y a la solución negociada de los problemas internos, que tuvo lugar en La Habana y otras ciudades de Cuba, demostró que ese pueblo sigue dispuesto a defender su soberanía, autonomía y autodeterminación’.
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