El sumo pontífice envió un mensaje al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y a los participantes en la reunión preparatoria de la cumbre sobre sistemas alimentarios inaugurada este lunes en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en esta capital.
Somos conscientes de que los intereses económicos individuales, cerrados y conflictivos -pero poderosos- nos impiden diseñar un sistema alimentario que responda a los valores del bien común, la solidaridad y la ‘cultura del encuentro’, indicó.
La crisis a la que actualmente nos enfrentamos, apuntó, es en realidad una oportunidad única para entablar diálogos auténticos, audaces y valientes, abordando las raíces de nuestro sistema alimentario injusto.
En ese sentido, expresó que ‘si queremos garantizar el derecho fundamental a un nivel de vida adecuado y cumplir nuestros compromisos para alcanzar el objetivo Hambre Cero, no basta con producir alimentos’.
Se necesita, precisó, una nueva mentalidad y un nuevo enfoque integral, así como diseñar sistemas alimentarios que protejan la Tierra y mantengan la dignidad de la persona humana en el centro.
Además, que garanticen suficientes alimentos a nivel mundial, promuevan el trabajo digno a nivel local y alimenten al mundo hoy, sin comprometer el futuro.
Al mismo tiempo, el papa abogó por recuperar la centralidad del sector rural y consideró prioritario devolver el papel prioritario al agropecuario en la toma de decisiones políticas y económicas hacia el período pospandemia.
En este proceso los pequeños agricultores y las familias agrícolas deben ser considerados actores privilegiados, precisó el papa, quien llamó a tener en cuenta sus conocimientos tradicionales.
A lo largo de esta reunión, acotó, tenemos la responsabilidad de realizar el sueño de un mundo donde el pan, el agua, las medicinas y el trabajo fluyan en abundancia y lleguen primero a los más menesterosos.
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