En declaraciones a la prensa este jueves en la Casa Blanca, el mandatario informó que de no mostrar una prueba de inmunización contra el coronavirus SARS-CoV-2, los trabajadores deberán someterse a pruebas PCR de forma regular.
Las nuevas pautas buscan impulsar el ritmo de vacunación entre los cuatro millones de estadounidenses que reciben sueldos federales, con lo cual darían un ejemplo a los negocios privados ante el avance de la pandemia debido a la propagación de la variante delta.
Otra de las directrices va encaminada a los estados, que deberán utilizar los fondos del programa de ayuda por la crisis sanitaria para incentivar a las personas a recibir las dosis necesarias y podrán ofrecer 100 dólares a quienes se inoculen.
Por otro lado, explicó que las pequeñas y medianas empresas recibirán reembolsos si facilitan días libres a sus trabajadores para que se vacunen ellos o sus familiares.
Biden admitió que el gobierno estudia la posibilidad de hacer obligatoria la inmunización a todos los estadounidenses, para lo cual el Departamento de Justicia analiza las implicaciones legales de una orden así.
Las comunidades locales sí pueden hacerlo, como también los negocios, pero la cuestión es si el Gobierno federal puede ordenarlo a todo el país, manifestó el gobernante demócrata ante su preocupación por las personas graves en hospitales sin ser vacunadas.
El gobierno esperaba inmunizar al menos al 70 por ciento de la población adulta antes del Día de la Independencia, pero el objetivo se incumplió y solamente el 60 por ciento de los adultos recibió ya el esquema completo de dosis.
Estados Unidos registra hasta la fecha casi 35 millones de enfermos de Covid-19 y más de 627 mil 300 decesos, solamente en el día de ayer se reportaron casi 67 mil nuevos contagiados, de acuerdo con rastreadores en línea de la pandemia.
Ello significa que la nación norteña mantiene las peores cifras en cuanto a número de infecciones y muertes comparado con el resto de los países del mundo.
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