En este sector nos enfrentamos a múltiples desafíos, pero los más importantes son la superpoblación y los limitados recursos acuíferos disponibles, afirmó el ministro de Riego y Recursos Hídricos Mohamed Abdel Ati.
Durante una reunión con el director general de la Organización Islámica para la Seguridad Alimentaria, Yerlan Baidaulet, Abdel Ati recordó que esta nación norafricana tiene 102 millones de habitantes.
Egipto es uno de los países más secos del mundo y sufre de escasez de agua, apuntó el funcionario, según un comunicado.
La brecha entre disponibilidad y necesidad es cubierta por la reutilización de aguas residuales agrícolas y la importación de productos alimenticios del exterior que equivalen a 34 bcm del líquido al año, señaló.
El ministro recalcó que esta nación es una de las más afectadas por el cambio climático, por el aumento del nivel del mar y el consiguiente impacto en el fértil delta del río Nilo, la única gran fuente de agua de Egipto.
Esa situación tiene incidencia social, económica y ambiental pues afecta la agricultura, la seguridad alimentaria, la energía y la salud, entre otros campos, subrayó.
Ante esa situación, precisó, el Gobierno trazó una estrategia que incluye la inversión de 50 mil millones de dólares hasta el 2050 para buscar nuevas fuentes de abasto del líquido, racionalizar su uso, y mejorar su calidad.
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