La alta transmisibilidad y virulencia de la variante Delta del SARS-Cov-2, predominante en el país, la lentitud de la campaña de vacunación y la insuficiente logística para encarar la pandemia, sobre todo desde el punto de vista hospitalario, contribuyen a la rápida propagación y letalidad del mal.
El Ministerio de Salud también notificó este miércoles otros 35 mil 867 casos, lo que colocó a Indonesia entre las 14 naciones con más de tres millones de contagiados con la enfermedad. Su total ahora es de tres millones 532 mil 567, más de la sexta parte de ellos aún activos.
Sin embargo, epidemiólogos locales y conocedores del sistema nacional de salud consideran que los infectados son muchos más porque los test de detección del mal cubren solo a una parte de los 272 millones de indonesios.
También, debido a la dispersa geografía del archipiélago, compuesto por más de 10 mil islas, muchas de ellas con parajes muy apartados o prácticamente inaccesibles.
Tal circunstancia y la escasez de vacunas para todos aconsejaron al gobierno a apostar momentáneamente más por las medidas de confinamiento -vigentes en la mayor parte del país desde el 3 de julio y por lo menos hasta el 9 de agosto- que por la campaña de inmunización.
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