En un comentario al concluir la Audiencia General semanal, el sumo pontífice recordó el primer aniversario de la ‘terrible explosión ocurrida en el puerto de Beirut’ la cual ‘provocó muerte y destrucción’ y dedicó su pensamiento a aquella nación árabe.
Sobre todo, dijo, a las víctimas, sus familiares, a los muchos heridos y a quienes perdieron la casa y el trabajo, mientras ‘muchos perdieron la ilusión de vivir’, subrayó.
En ese sentido, Francisco señaló que en el día de oración y reflexión por el Líbano, realizada el primero de julio último, ‘acogimos, junto a los líderes religiosos cristianos, las aspiraciones y expectativas del pueblo libanés, cansado y desilusionado, e invocamos a Dios luz y esperanza para superar la dura crisis’.
Hoy hago un llamado también a la comunidad internacional, pidiéndole ayudar al Líbano a cumplir un camino de ‘resurrección’, con gestos concretos, no sólo con palabras, sino con gestos concretos, precisó el papa.
Espero que en tal sentido sea provechosa la conferencia en vía de desarrollo promovida por Francia y las Naciones Unidas, apuntó.
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