En el texto, René Garreaud, profesor del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile y subdirector del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia, señala que esa situación de hipersequía se presentó ya en 1924, 1968, 1998 y 2019, año en el cual la falta de lluvias sobrepasó el 75 por ciento.
Datos de la Dirección Meteorológica de Chile y la Dirección General de Aguas señala que el déficit de precipitaciones acumuladas en la zona central del país, la más poblada, supera el 60 por ciento en lo que va de este año.
Al respecto, Garreaud aseguró que en esa situación convergen factores naturales relacionados con la temperatura del mar y el fenómeno de la Niña, que son cíclicos, y otros provocados por el ser humano, como el cambio climático.
Consideró posible esperar que en los años siguientes haya inviernos más lluviosos, similares al año pasado o incluso con más precipitación, pero que no habrá un retorno a las lluvias de las décadas de 1980 y 1990, por lo que a largo plazo el clima será más seco.
Señaló el académico que las autoridades comenzaron a tomar medidas aunque esto debiera ser con más rapidez, y puntualizó que ‘tiene que haber voluntad política, conciencia ciudadana y el desarrollo de obras de infraestructura a gran escala’.
Por su parte, María Christina Fragkou, académica de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la misma universidad, opino que la crisis hídrica no se resuelve solo moviendo agua o generando más desalinización.
En ello, subrayó, es necesario ‘reconocer su nexo con la producción de energía, de alimentos y con la minería, y tenemos que ir hacia una gestión más integrada del agua’.
Advirtió que en Chile esa gestión ha estado muy orientada hacia el lucro y la producción, y cuando se logra mayor eficiencia y ahorro en el uso del agua, ‘ese remanente muchas veces no se usa para recuperar los ecosistemas o proveer a las comunidades que no tienen acceso al agua, sino que se lleva al sector productivo’.
Anahí Urquiza, investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia, recordó que existen numerosas comunidades en la zona central como en el sur del país que deben abastecerse diariamente con camiones cisterna por la falta de agua.
Alertó que la crisis que se aprecia en el campo, es más difícil de aquilatar en las ciudades pues ‘uno abre la llave y sale agua, pero si combinamos la falta de lluvia con el derretimiento de los glaciares y la disminución de la nieve, podemos llegar en el futuro a un día cero como se vivió en Sudáfrica’.
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