Las instalaciones quedarán terminadas a mediados del próximo año y están ubicadas en las gobernaciones de Marsa Matrouh, Mar Rojo, Sinaí del Norte, Sinaí del Sur, Port Said, Daqahliya, Suez y Alejandría, según datos oficiales citados por el rotativo.
Una vez inauguradas, el número de plantas desalinizadoras en esta nación norafricana sumarán 90 con una capacidad total de 1,3 millones de metros cúbicos diarios.
El presidente Abdel Fattah El Sisi llamó ayer a finalizar los estudios necesarios para la aplicación eficaz de esta tecnología.
El ministro de Riego y Recursos Hídricos Mohamed Abdel Ati alertó días atrás que el país enfrenta múltiples desafíos en el sector, pero los más importantes son la superpoblación y los limitados recursos acuíferos.
Egipto tiene una disponibilidad hídrica de 60 mil millones de metros cúbicos (bmc) anual, pero sus necesidades se sitúan en torno a los 114 bcm, subrayó Ati, quien recordó que la nación tiene 102 millones de habitantes.
La brecha entre disponibilidad y necesidad es cubierta por la reutilización de aguas residuales agrícolas y la importación de productos alimenticios del exterior que equivalen a 34 bcm del líquido al año, señaló.
El ministro recalcó que esta nación es una de las más afectadas por el cambio climático, por el aumento del nivel del mar y el consiguiente impacto en el fértil delta del río Nilo, la única gran fuente de agua de Egipto.
Ante esa situación, precisó, el Gobierno trazó una estrategia que incluye la inversión de 50 mil millones de dólares hasta el 2050 para buscar nuevas fuentes de abasto del líquido, racionalizar su uso, y mejorar su calidad.
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