La víspera, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR) alertó que esa nación aparece como un ‘catálogo de catástrofes’ y hay más de tres millones personas en riesgo de morir por hambre y enfermedades.
De acuerdo con esa red de instituciones humanitarias, uno de cada cuatro somalíes sufre inseguridad alimentaria y más de 800 mil niños menores de cinco años están en riesgo de desnutrición grave si no reciben asistencia urgente.
‘Somalia es uno de los lugares más peligrosos para vivir ahora mismo. El país es un catálogo de catástrofes. Desastres relacionados con el clima, el conflicto y la Covid-19 se coaligaron en una gran crisis humanitaria para millones de personas’, declaró el director regional de la FICR para África, Mohamed Mujier.
En este Estado, el 70 por ciento de la población viva en la pobreza, con cerca del 40 por ciento en situación extrema y el impacto de la pandemia empeoró el panorama, especialmente en hogares humildes en zonas urbanas y entre los ciudadanos descritos como desplazados internos.
A inicios de este mes, dos altas funcionarias de la ONU también expresaron consternación por el alarmante aumento de la escala y la gravedad de la violencia sexual en Somalia, sobre todo, la ejercida contra mujeres y niñas.
La representante especial de Naciones Unidas para los niños y los conflictos armados, Virginia Gamba, y la representante especial sobre la violencia sexual en los conflictos, Pramila Patten, pidieron tomar medidas urgentes al respecto.
En el año 2020 se registró que 400 civiles, principalmente niñas, fueron víctimas de violaciones y otras formas de acoso sexual perpetradas por todas las partes del conflicto en Somalia, señalaron.
Lo anterior representa un aumento asombroso de casi el 80 por ciento en comparación con el 2019, subrayaron y expusieron, además, que la violencia sexual estaba estrechamente relacionada con la inseguridad imperante en la nación africana.
Asimismo, indicaron, la situación está marcada por tensiones políticas en el período previo a las elecciones nacionales, enfrentamientos entre comunidades vinculados con disputas terrestres y un aumento en las actividades de Al-Shabaab en medio de la pandemia.
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