Según el comunicado, el gobernante conservador, que preside el bloque de las siete naciones más industrializadas de Occidente -Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido- habló del tema durante una conversación telefónica con el presidente francés, Emmanuel Macron.
El texto agregó que tanto Johnson como Macron coincidieron en la necesidad de que la comunidad internacional tome una posición común sobre Afganistán, tanto en lo que concierne al reconocimiento del futuro gobierno como a la prevención de una crisis humanitaria y de refugiados.
Ambos líderes acordaron además trabajar juntos en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para lograr una declaración conjunta sobre el país asiático.
El movimiento islámico Talibán, que nunca fue derrotado totalmente durante los 20 años que duró la invasión lanzada por tropas de la OTAN liderada por Estados Unidos a raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, recuperó el poder la víspera, incluso antes de que coalición occidental completara el retiro de sus efectivos.
La salida de los militares norteamericanos y de otros países, entre ellos británicos, fue pactada por el entonces presidente republicano Donald Trump y los jefes del grupo armado en una reunión que tuvo lugar en Doha, Qatar, en 2020, y luego respaldada por su sucesor Joe Biden.
El jueves pasado, el gobierno británico, que ya completó el retiro de sus tropas de Afganistán, anunció el envío de 600 soldados para apoyar la evacuación de la mayor parte del personal diplomático del Reino Unido, y ayudar a reubicar a los colaboradores afganos.
Este lunes, tras las escenas de caos reportadas desde el aeropuerto de Kabul, donde cientos de personas tratan de salir del país, el ministerio de Defensa británico anunció que desplegará otros 300 efectivos.
El canciller británico, Dominic Raab, amenazó este lunes con aplicar sanciones a Afganistán si el gobierno que se instale en ese país incumple sus promesas de respetar los derechos humanos y evitar que ese territorio vuelva a convertirse en un refugio para los terroristas.
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