El 60 por ciento de las personas en esta región sufren ansiedad o depresión; sin embargo, casi el 90 por ciento de los países informan que los servicios de psicoterapia y asesoramiento en salud mental se interrumpieron por la Covid-19, advirtió la doctora Carissa Etienne, directora de la OPS.
Detalló que más de la mitad de los programas escolares y de las tres cuartas partes de los extraescolares en este tema de salud fueron afectados parcial o totalmente, lo cual deja en vulnerabilidad a un 15 por ciento de jóvenes, quienes sufren depresión.
Asimismo, perjudica a muchas personas que pueden estar experimentando estos problemas por primera vez, incluidos trabajadores de salud de primera línea contra la Covid-19, que carecen del apoyo necesario.
Etienne lamentó que quienes ya viven con trastornos de salud mental han tenido dificultades para acceder a medicamentos o terapias esenciales, lo cual puede empeorar sus condiciones y dejarlos vulnerables a las crisis.
En este contexto, Costa Rica, por ejemplo, desarrolla múltiples estudios para comprender mejor el impacto de la pandemia por Covid-19 en la salud mental y mejorar su respuesta a este tema; así como para servir de referencia a otros países de la región.
Trinidad y Tobago también reorganizó sus servicios para llevarlos directamente a las comunidades, y lanzó líneas de ayuda, programas de telesalud y directorios en línea de profesionales de esta rama de la ciencia médica.
La OPS trabaja con los Estados miembros para reducir el estigma sobre este tema, de manera que todas las personas necesitadas de apoyo se sientan cómodas y seguras pidiendo ayuda.
Esta pandemia es un recordatorio de que la buena salud mental es un eje para la atención médica en nuestra región y el bienestar de nuestras sociedades, afirmó la doctora Carissa Etienne.
Insistió en que los países deben invertir ahora en temas como este para afrontar la amenaza constante de la pandemia y limitar sus efectos dominó en los próximos años.
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