La presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, negoció que los 220 representantes de su partido votaran conjuntamente y, sin apoyo de los republicanos, consiguió el avance de esa iniciativa para luego analizar el plan de infraestructuras de 1,2 billones de dólares.
Ambos proyectos fueron aprobados ya en el Senado, pero durante dos días estuvieron estancados debido a enfrentamientos entre los integrantes de la fuerza azul sobre las tácticas para sacar adelante los dos paquetes de gastos.
Legisladores moderados, encabezados por el representante de Nueva Jersey Josh Gottheimer, abogaban por votar la ley de infraestructura antes de comenzar el proceso destinado a remodelar los programas sociales y ambientales.
‘Estas negociaciones nunca son fáciles’, declaró Jim McGovern, integrante del partido ahora en el gobierno y presidente del Comité de Reglas, en comentarios recogidos por el sitio de noticias Bloomberg.
Las discrepancias internas entre los demócratas presagian lo difícil que será para el partido mantenerse unido para convertir sus objetivos políticos en ley en las próximas semanas, mientras buscan mostrar a los votantes su capacidad de gobernar, comentó el diario The New York Times.
La Cámara intenta promulgar antes del 1 de octubre tanto el plan de inversiones sociales, que allanaría el camino para una gran expansión de la red de seguridad social y programas climáticos, como el proyecto de ley de infraestructuras, ambos considerados el centro de la agenda presidencial de Biden.
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