Según reportes de prensa, los integrantes del grupo de los siete países más ricos del mundo planean presionar al mandatario norteño para que extienda el plazo para la retirada de los estadounidenses, colaboradores y civiles afganos.
El primer ministro británico, Boris Johnson, habló con Biden el lunes y le pidió prolongar hasta septiembre los vuelos desde Kabul si las circunstancias lo permiten.
La Casa Blanca informó la víspera que mantenía la fecha del 31 de agosto, pero el asesor de seguridad nacional del gobernante, Jake Sullivan, dejó ver que evalúan un posible cambio de planes al mencionar conversaciones diarias con los talibanes.
El vocero del Pentágono, John Kirby, puntualizó que cualquier decisión sería consultada con los aliados, aunque la decisión final era del presidente Biden.
Entretanto, el portavoz político del movimiento Talibán, Suhail Shaheen, señaló que si Estados Unidos u otro país pide más tiempo para continuar con las evacuaciones, la respuesta sería negativa y habría ‘consecuencias’.
En la reunión virtual del G7, que incluye a Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón, los líderes discutirán la situación y tratarán de trazar una estrategia para el futuro.
Ese será el primer foro internacional donde Biden hablará sobre la crisis en Afganistán, que ha causado ira y ansiedad entre países aliados por su caótica ejecución luego de 20 años de guerra.
A pesar de que la evacuación ganó velocidad y ya salieron 37 mil personas, los socios políticos y militares de Estados Unidos están preocupados tanto por la confusión y el desorden en el aeropuerto de Kabul, como por un eventual ataque terrorista que obstaculice el proceso.
Washington intenta presentar la evacuación de diplomáticos, ciudadanos estadounidenses y afganos cooperantes como una acción coordinada, mientras se encuentra bajo una enorme presión interna y externa.
El grupo Talibán acusó a Estados Unidos de ser la principal causa del caos en los alrededores del aeródromo de la capital afgana, repleto de miles de personas que intentan salir del país centroasiático devastado por la guerra.
En los últimos días se produjeron varias estampidas y lesiones por aplastamiento entre la multitud, con saldo de una veintena de muertos.
Luego de dos décadas de ocupación militar por Estados Unidos y la OTAN, que invadieron en 2001 Afganistán en supuesta cruzada antiterrorista, el Talibán retomó el poder, mientras se derrumbaron el gobierno y el ejército afganos apoyados y financiados millonariamente por Washington.
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