De acuerdo con el jefe del PMA, se necesitan 200 millones de dólares para finales de año en aras de hacer frente al problema de la inseguridad alimentaria en la nación centroasiática asolada por una guerra de dos décadas, reflejó la cadena Al Jazeera.
Un tercio de la población afgana, incluyendo a dos millones de niños que ya están desnutridos, están en riesgo de morir de hambre en una ‘catástrofe sobre una catástrofe’, afirmó el director del PMA.
Beasley afirmó que se necesita la financiación ahora pues se acercan los meses de invierno y hay cuatro millones de personas en las zonas más difíciles donde el frío y la nieve acaban con la posibilidad de llegar a ellos.
Apuntó además que el PMA empezaría a quedarse sin alimentos en septiembre si no se efectúa una financiación adicional.
Luego de 20 años de conflicto bélico, la seguridad alimentaria de Afganistán también está amenazada por la sequía y la pandemia de la Covid-19.
El país enfrenta también ahora un colapso económico y las naciones e instituciones extranjeras dijeron que retirarán la ayuda y el dinero enviado tras la toma de los insurgentes talibanes de la capital Kabul.
El directivo del organismo de ONU dijo que el grupo armado radical, que ahora controla 33 de las 34 provincias afganas, proporciona protección y seguridad alrededor de los almacenes de alimentos contra los saqueadores y las bandas.
‘Hasta ahora (los talibanes) cooperaron y nos dieron el acceso que necesitamos’, dijo Beasley.
Casi 20 años después de ceder el poder tras una invasión dirigida por Estados Unidos en una supuesta cruzada antiterrorista, los talibanes reconquistaron Afganistán.
La nación está ahora más empobrecida por la guerra y según datos de Naciones Unidas este año casi 360 mil afganos fueron tuvieron que abandonar sus hogares.
Desde el inicio del conflicto suman 11 millones los refugiados y cinco millones las personas desplazadas dentro del país, además de más de 150 mil civiles muertos.
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