Ante la retirada militar de Afganistán, marcada para el 31 de agosto tras dos décadas de guerra, el atentado atribuido al Estado Islámico (EI) le supone al mandatario un nuevo desafío: persuadir a la nación y a sus aliados de que la estrategia es acertada.
Biden enfrenta la crisis más volátil de su joven presidencia y amenaza con socavar sus credenciales como líder mundial experimentado y mano firme, reseña un análisis divulgado en el diario The Washington Post.
La matanza, en la cual más de 100 personas perdieron la vida, de inmediato aumentó las críticas contra el político demócrata, especialmente de los republicanos quienes lo consideran responsable de la muerte de los soldados estadounidenses por su decisión de salir de Afganistán.
El expresidente Donald Trump (2017-2021), quien pactó el año pasado con los talibanes el repliegue de las tropas, aprovechó el ataque y las recientes bajas norteamericanas para criticar a su sucesor y señaló en un comunicado que esa tragedia ‘nunca debería haber ocurrido’.
Por su parte, el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, contrario a la salida de las tropas del Pentágono, reprendió al jefe de la Casa Blanca al afirmar que las detonaciones en las inmediaciones del aeropuerto de la capital afgana evidencian que aún son posibles ataques terroristas contra Estados Unidos.
El representante republicano Kevin McCarthy pidió a la Cámara interrumpir el receso legislativo para votar una medida que prohíba el repliegue de los militares presentes en Afganistán hasta tanto sean evacuados todos los ciudadanos civiles estadounidenses.
Tras 20 años de ocupación, congresistas de ambos partidos instaron a Biden a retrasar su fecha límite del 31 de agosto para culminar el repliegue de las tropas pese a la negativa de los talibanes a posponer ese momento.
Sin embargo, en un pronunciamiento a la nación tras los más recientes acontecimientos, el mandatario reiteró su decisión de concluir el último día de este mes el proceso de salida y hasta entonces mantendrán las evacuaciones de connacionales y colaboradores.
El presidente se esfuerza por tomar el control de la narrativa mediática sobre la situación al destacar el alto número de evacuados y con el pedido a los jefes militares de elaborar diferentes planes para atacar al EI en represalia por las explosiones.
Ante ese contexto, lo peor para Biden no serán las críticas de sus opositores, sino la posible caída de su aprobación en las encuestas, que en las últimas semanas ya mostraron un descenso de su popularidad por debajo del 50 por ciento.
Una baja aceptación del jefe de la Casa Blanca es una noticia preocupante para los demócratas, que solo cuentan con una estrecha mayoría en el Congreso y pueden perderla en las elecciones de mitad de mandato del próximo año, estiman expertos.
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