Arrué, que hace unos meses tuvo que abandonar la conquista del Everest a solo 800 metros de su cumbre, subió 23 veces en apenas seis días el volcán Ilamatepec, en el departamento de Santa Ana, como parte de su prepación.
‘Fue una experiencia bonita’, admitió la montañista cuscatleca, que en unos días viajará a Bolivia para proseguir su preparación técnica de cara a su regreso al Himalaya para asaltar nuevamente al ‘techo del mundo’.
En su reciente aventura subió -y bajó- cuatro veces por día la cumbre del Ilamatepec, con más de mil metros sobre el nivel del mar, con la compañía diaria de entusiastas y admiradores de esta profesional de la escalada.
Para Arrué, subir y bajar este volcán es poco exigente, por eso incrementó la frecuencia para subir la carga, pero también para promover una disciplima que en la ayudó a salir de duros baches en su vida.
Muchas mujeres se sumaron a esta iniciativa, y consideraron a Arrué una fuente de inspiración para atreverse a hacer cosas nuevas, asumir desafíos y tomar control de sus vidas.
Igual, la montañista lanzó un mensaje de alerta por la cantidad de basura que dejan los turistas que suben al también conocido como volcán de Santa Ana, desde cuyo cráter se observa una reverberante laguna turquesa.
‘Todos los días debí bajar bolsas llenas de basura que las personas van dejando en el camino, si queremos hacer un mejor país, debemos hacer cosas positivas, no ensuciar nuestro medio ambiente’, declaró la deportista.
Considerada una heroína nacional, Arrué es la persona de El Salvador que más alto ha llegado, al superar los ocho mil metros del Everest, cuyo ascenso tuvo que interrumpir porque las duras condiciones amenazaron su vida.
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