La salida segura de los afganos que intentan abandonar la nación, la ayuda humanitaria y el rechazo al terrorismo son temas que centraron recientes debates en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y fueron plasmados finalmente en una resolución aprobada ayer.
Pero, el texto se adoptó con la abstención de China y Rusia y fue bastante criticado por otros integrantes del Consejo, debido a su débil condena a las violaciones de los derechos humanos.
Según destacó el embajador chino, Geng Shuang, dada la frágil situación sobre el terreno y las incertidumbres, cualquier acción del Consejo debería ayudar a aliviar las tensiones y no intensificarlas.
Asimismo, señaló que el caos reciente en ese país centroasiático está directamente relacionado con la retirada apresurada y desordenada de las tropas extranjeras.
Por su parte, el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, denunció que Estados Unidos y ‘sus aliados’ pretenden -mediante la resolución recién aprobada- culpar a los talibanes de su fracaso en Afganistán.
A juicio del diplomático, se trata de un intento de echarle la culpa al movimiento talibán del fracaso de 20 años de presencia militar norteamericana.
Rusia manifestó su rechazo al lenguaje empleado en la resolución, por ejemplo, para identificar amenazas y agrupaciones terroristas por su nombre.
También la representante de Irlanda, Geraldine Byrne Nason, estuvo entre quienes mostraron decepción sobre la redacción final del documento.
Hubiésemos preferido un lenguaje más fuerte con respecto a los derechos humanos, particularmente dada la situación que enfrentan mujeres y niñas de Afganistán, dijo.
Si bien Francia y el Reino Unido propusieron la creación de una zona segura en el aeropuerto civil de Kabul bajo el control de la ONU, la resolución aprobada en el Consejo no aborda esa cuestión, aunque insiste en la necesidad de que los talibanes permitan salir del país de forma segura, a quien así lo desee.
El texto sí destaca que las partes en conflicto deben hacer todo lo posible para asegurar el aeropuerto y su área circundante, donde ya ocurrieron atentados terroristas cuya autoría reclamó el Estado Islámico.
Precisamente, la urgente necesidad de abordar la grave amenaza del terrorismo es uno de los puntos claves contenidos en la resolución y sobre el cual enfatizó el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, en varias declaraciones.
Afganistán no debe ser usado como refugio para terroristas, apunta el documento y pide a los talibanes facilitar que los trabajadores humanitarios accedan al país y defiendan los derechos humanos.
De acuerdo con reportes de ONU, las necesidades humanitarias aumentan en todo el territorio afgano y más de 18 millones de personas demandan asistencia en un contexto de hambre, sequía, conflicto y en medio de la pandemia de Covid-19.
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