De acuerdo con Wang Wenbin, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, su Gobierno se mantendrá en estrecha comunicación con todos los sectores de dicho país y también con la comunidad internacional para coordinar la ayuda pertinente.
Enfatizó en que la ‘historia y la realidad demostraron que conservar la paz, estabilidad y desarrollo económico’ de Afganistán requiere de un sistema político abierto e inclusivo, con disposiciones moderadas y el cese por completo de los vínculos con las fuerzas extremistas.
A juicio de Wang, la nación centroasiática quedó ante un nuevo punto de partida, tras el fin de una intervención militar arbitraria y fracasada.
Asimismo, ratificó el apego de Beijing a los principios de respeto a la soberanía, integridad territorial y no injerencia en asuntos internos mientras buscar fortalecer los nexos con Kabul en lo adelante.
A raíz de la entrada del Talibán a la capital afgana este mes, China dijo que ‘continuará apostando por relaciones de buena vecindad, de cooperación y amistad’ con el estado vecino.
Su embajada opera con normalidad y las empresas presentes en Afganistán se preparan para ampliar las inversiones una vez que comience la reconstrucción.
No obstante, la semana pasada instó a los talibanes a honrar su promesa de romper vínculos con cualquier organización terrorista, combatir al Movimiento Islámico del Turkestán Oriental y dar solución a los problemas que obstaculizan el mantenimiento de la paz regional y el desarrollo de la cooperación.
mem/ymr