La iniciativa requiere de siete votos para su aprobación, y de lograrlo pasaría entonces a discusión y votación en lo particular (capítulo por capítulo), que según especialistas demoraría unas dos semanas, pero de ser rechazada iría de inmediato al plenario de la Cámara Baja.
Algunos entendidos advierten que si prospera implicaría prácticamente el desmantelamiento de las aseguradoras de fondos de pensiones, empresas que han atesorado decenas de miles de millones de dólares y constituyen uno de los puntales del modelo neoliberal chileno y son repudiadas por amplios sectores de la sociedad.
Tanto el gobierno como los legisladores de derecha han buscado todas las vías posibles para impedir que este cuarto retiro de fondos avance.
El Ejecutivo asegura que resulta innecesario pues gran parte de la población esta accediendo al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para enfrentar la crisis económica agudizada por la pandemia de Covid-19 que ha golpeado a millones de familias humildes y de clase media.
El ministro de Economía, Lucas Palacios, consideró ‘malo, malo, malo’ la aprobación del cuarto retiro porque la inyección de liquidez al mercado generaría alzas de precios y una fuerte subida en las tasas de interés, los créditos de consumo e hipotecarios, que perjudicarían no solo a los más pobres, sino a todos.
Según trascendidos los legisladores oficialistas buscarían que antes de pasar al plenario el proyecto sea visto también en la comisión de Hacienda, pero el diputado socialista Marcos Illabaca, su presidente exhortó a que no se siga dilatando este asunto porque millones de personas necesitan ese dinero.
El asunto, señalan observadores, sobre pasa el aspecto económico para tener un fuerte contenido político ante la cercanía de las elecciones presidenciales y parlamentarias, sobre todo porque el proyecto es bien recibido por la ciudadanía y un voto en contra puede pasar factura a los legisladores que aspiren a la reelección.
Además, tal como ocurrió en la votación de los tres retiros de fondos anteriores, las bancadas de derecha aparecen divididas, mientras que el apoyo de la oposición al cuarto retiro se mantiene casi unánime.
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