La cancillería británica adelantó que Raab se reunirá este jueves con el emir Tamim bin Hamad Al Thani y su contraparte catarí, Mohammed bin Abdulrahman al Thani, cuyo gobierno mantiene estrechos lazos con los líderes del Talibán, con la esperanza de encontrar una solución.
La decisión de viajar primero a Doha como parte de la gira por la región refleja el papel importante jugado por los cataríes con respecto a Afganistán en los últimos años, y que incluye hospedar a la oficina política del Talibán desde 2013, explicó el comunicado.
Según el texto, Raab analizará con las máximas autoridades del emirato la posibilidad de que el grupo extremista islámico permita el aterrizaje en el aeropuerto de Kabul de vuelos comerciales o fletados y garantice que los ciudadanos del Reino Unido y los afganos elegibles para ser evacuados puedan cruzar la frontera hacia otros países vecinos.
El movimiento Talibán, que nunca fue derrotado totalmente durante los 20 años que duró la ocupación extranjera liderada por Estados Unidos, entró en Kabul el 15 de agosto pasado sin encontrar resistencia de las fuerzas armadas del presidente Ashraf Ghani, quien se trasladó a los Emiratos Árabes Unidos.
Su vuelta al poder hizo que miles de personas, la mayoría colaboradores de las fuerzas de ocupación, acudieran en masa al aeropuerto capitalino con la esperanza de ser evacuados junto al personal extranjero antes de que expirara el plazo para la salida de las tropas estadounidenses el 31 de agosto.
Al término de la operación, el Reino Unido dijo que evacuó 17 mil personas, entre ellas cinco mil ciudadanos británicos, pero el propio Raab admitió que unos pocos cientos, la mayoría afganos que trabajaron para Londres, quedaron atrás.
Durante su estancia en Doha, el canciller británico se reunirá con el enviado especial del primer ministro Boris Johnson para Afganistán, Simon Gass, quien está en conversaciones con el Talibán, aunque Londres todavía no reconoce oficialmente al nuevo gobierno afgano.
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