La destitución anoche de Ion por Citu, quien aseguró que no se dejaría chantajear, provocó un cisma en la coalición gubernamental entre el Partido Nacional Liberal de Citu y el minoritario USR-PLUS, del ahora extitular.
El texto de la moción podría votarse en los próximos días, de acuerdo con el líder de la oposición, el socialdemócrata Marcel Ciolacu.
En el documento se citan las subidas de los precios de la energía y de las materias primas entre los motivos para buscar la caída del ejecutivo.
La destitución al parecer se produjo por la decisión de la USR-PLUS, que pertenece al grupo Renew Europe! en el Parlamento Europeo, de no apoyar un plan de modernización del país por 10 mil millones de euros para las administraciones regionales.
Para el aliado se trataba de una maniobra política de Citu para comprar voluntades entre los cuadros de su formación de cara al congreso en que la formación de centro-derecha elegirá líder el próximo día 25.
El primer ministro quiere asirse con el liderazgo de su organización, que preside el ex primer ministro Ludovic Orban.
De hecho, la crisis parece que se profundizará, pues los correligionarios del exministro amenazaron este jueves con promover su propia moción de censura si no destituyen a Citu, algo que los liberales no están dispuestos a aceptar.
La moción socialdemócrata prosperaría si puede sumar a sus 204 bancas en el parlamento bicameral, los 80 de USR-PLUS. Se necesitan 234 votos para tumbar al gobierno.
Desde diciembre del año pasado, Rumanía es dirigida por una coalición que también forma la Unión Democrática de los Magiares de Rumanía.
Aunque el gobierno cuenta con el 56 por ciento de los legisladores, la retirada de la formación de Ion lo dejaría sin mayoría, y de sobrevivir a la moción sí vería en peligro su agenda reformista que busca reducir el déficit público, reformar el Estado y luchar contra la corrupción.
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