En una alocución el jueves, el mandatario dijo que su administración ayudará a los afectados por el huracán, esbozando una respuesta antes de su viaje a Luisiana para examinar los daños causados por la tormenta.
Contrario a lo que hizo el expresidente George W. Bush, cuando el huracán Katrina mató a cientos de sus compatriotas en Nueva Orleans en 2005, Biden, duramente criticado por la desordenada retirada de Afganistán, tocará el problema con las manos.
‘Mi mensaje a todos los afectados es que estamos juntos en esto. La nación está aquí para ayudar.
Ese es el mensaje que he dejado claro a los alcaldes, gobernadores, líderes energéticos y de servicios públicos de la región con los que mi administración ha estado trabajando estrechamente en los últimos días’, indicó durante sus declaraciones en la Casa Blanca.
El mandatario confía que su respuesta para enfrentar la situación interna del país, cambio climático, incendios devastadores e inmigración, entre otros, borrará de la mente de sus compatriotas la caótica retirada de la nación centroasiática, estiman analistas.
Luego de Afganistán, el índice de aprobación del presidente Biden cayó al 43 por ciento, según una encuesta de NPR/PBS NewsHour/Marist publicada el jueves, seis puntos por debajo de un sondeo similar del mes de agosto, el cual daba un respaldo del 49 por ciento.
El retroceso se debe en gran medida a la disminución del apoyo entre los demócratas y los independientes. Un 36 por ciento de los independientes aprueba el trabajo de Biden, frente al 55 por ciento que lo desaprueba. Por su parte, el 85 por ciento de los demócratas aprueban el trabajo de Biden, frente al 13 por ciento que lo desaprueban.
El 61 por ciento de los votantes desaprueba la forma en que el presidente gestionó la retirada, según Morning Consult. Esto incluye el 94 por ciento de los republicanos, el 71 por ciento de los independientes y el 26 por ciento de los demócratas.
Pese a estos guarismos negativos, algunos expertos estiman que si la Casa Blanca logra avances en temas de situación interna, los demócratas tendrían aún posibilidades de controlar ambas cámaras del Congreso y ganar algunas gobernaciones en disputa, en noviembre 2022.
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