Nuestro pueblo está decidido a romper el asedio contra ese territorio, recalcó en un comunicado el portavoz del grupo, Abdel Latif al Qanou.
‘Todas las opciones están sobre la mesa, así como todos medios para presionar a la ocupación (Israel) y obligarla a levantar el sitio’, subrayó.
En las últimas semanas ocurrieron enfrentamientos a lo largo de la línea de demarcación, donde cientos de palestinos se concentraron casi todos los días al caer el sol para denunciar las medidas punitivas de Israel.
Los manifestantes lanzaron piedras y quemaron neumáticos en señal de protesta, que fueron reprimidas con munición real, balas de gomas y gases lacrimógenos.
Durante los choques murieron tres palestinos, entre ellos Omar Abu Nil de 12 años, y un uniformado israelí.
Como parte de su estrategia de combate contra la ocupación, Hamas sistemáticamente lanza globos incendiarios contra el sur de Israel, que a su vez responde con bombardeos aéreos.
Desde la llegada al poder del grupo islámico en ese territorio, en 2007, el Estado judío mantiene un estricto cierre de la zona pese a las críticas de diversos organismos internacionales por las consecuencias para la población civil.
En los últimos días alivió algunas restricciones en medio de las críticas de organismos de la ONU y de diversos países.
Diversos grupos palestinos afirmaron recientemente en un comunicado conjunto que el cerco israelí convirtió la vida del territorio en un infierno inhabitable.
En julio, el Comité Internacional de la Cruz Roja alertó que el 80 por ciento de la población de la franja de Gaza vive con apenas unas horas de electricidad al día.
Expertos y comerciantes de la franja advirtieron sobre el colapso del sector productivo en ese territorio debido a los ataques de Tel Aviv ejecutados en mayo, que causaron la muerte a más de 250 palestinos.
El Banco Mundial cifró en 570 millones de dólares el valor de las pérdidas como consecuencia de esos bombardeos.
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