El mandatario compartió sandwiches con miembros de la Hermandad Internacional de Trabajadores de la Electricidad, que respaldaron al gobernante en los comicios del 2020 y aprovecharon la ocasión para tomarse fotos con él.
Este Día del Trabajo coincide con el vencimiento de los beneficios de desempleo federales destinados a ayudar a los estadounidenses que perdieron sus puestos debido a la pandemia de Covid-19.
Los tres programas que expiraron este lunes comenzaron hace 18 meses, cuando el Congreso aprobó un paquete valorado en dos billones de dólares, el cual recibió prórrogas en diciembre y marzo, pero no se espera una nueva ampliación.
Esas medidas incluían la entrega de 300 dólares semanales a los desempleados desde diciembre pasado; una cuantía que llegó a ser de 600 dólares semanales entre abril y julio de 2020.
La situación del mercado laboral no mejoró como esperaban el gobierno y los expertos, y en la última semana de agosto un informe mostró una desaceleración en la contratación.
Según señaló el diario The Washington Post, en la Casa Blanca existe un gran nivel de ansiedad en torno a la finalización de las prestaciones, ya que a algunos miembros del gobierno de Biden les preocupa que pueda empujar a muchas más personas a la pobreza.
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