‘El 53 por ciento de las más de mil personas encuestadas aseguró sentirse incómodo con que el gobierno amplíe la privatización del sector’, apuntó la empresa indagadora.
De acuerdo con la investigación, patrocinada por CTV News y The Globe and Mail, el 49 por ciento de los interrogados afirma que el aumento de las opciones de asistencia privada debilitará el sistema sanitario del país.
Solo 34 por ciento consideró que pagar por los servicios médicos es necesario para fortalecerá la calidad del sector.
Según el sondeo, los habitantes de provincias rurales como Alberta y Saskatchewan abogan por la salud privada, en la mayoría de los residentes del resto del país, que no están de acuerdo con potenciarla.
Un pequeño grupo -apenas el nueve por ciento- de entrevistados dijo que ampliar la privatización no tendría repercusión en el sistema sanitario en general.
Canadá tiene un sistema de asistencia sanitaria universal, que se sostiene a través de los impuestos, y cubre la necesidad del pueblo, sin distinguir entre ricos y pobres, de acuerdo con Nanos Research.
Sin embargo, aunque la administración del primer ministro Justin Trudeau apoya salud gratuita, el líder de la oposición conservadora Erin O’Toole intenta promover opciones para privatizarla.
‘Si cobramos por más servicios, eliminaremos la excesiva dependencia que tiene el sector con el gobierno’, remarcó O’Toole, quien no precisó qué tipo de asistencia sanitaria podrían pasar a esa modalidad.
Los resultados de la investigación salieron a la luz pocos días antes de que Canadá celebre elecciones legislativas anticipadas, en las que Trudeau espera ganar la mayoría en la Casa de los Comunes (Cámara baja del Parlamento).
Estos comicios serán cruciales para el curso de las políticas de salud en el país, de acuerdo con medios locales. El Primer Ministro espera alcanzar el consenso político necesario para avanzar su plan de recuperación económica para superar la pandemia.
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