El presidente interino del denominado Gobierno de Unidad Nacional, Duwa Lashi La, declaró que su gabinete declaró el estado de emergencia.
Los directivos designados por los militares deben ‘abandonar inmediatamente sus puestos’, dijo La, quien instó a los miembros de las fuerzas de seguridad a unirse a ellos y a las milicias étnicas en las zonas fronterizas para atacar a los militares.
El ejército de Myanmar derrocó al gobierno electo el pasado 1 de febrero, lo que provocó una ola de protestas y miles de muertes cuando las fuerzas de seguridad intentaron sofocar las manifestaciones.
Min Aung Hlaing, líder del Golpe, asumió el mes pasado el papel de primer ministro en un gobierno provisional recién formado y se comprometió a celebrar nuevas elecciones para 2023.
Oficialmente, la junta califica al Gobierno de Unidad Nacional y a las Fuerzas de Defensa del Pueblo como grupos terroristas.
La víspera, el enviado de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) a Myanmar, Erywan Yusof, dijo en una entrevista que los militares habían aceptado su propuesta de alto el fuego hasta fin de año para garantizar la distribución de ayuda humanitaria.
No obstante, activistas a favor de la democracia y miembros del gobierno paralelo advirtieron que no se podía confiar en que la junta cumpliera con tal acuerdo.
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