La propuesta presentada la víspera por el primer ministro conservador Boris Johnson en la Cámara de los Comunes contempla un incremento del 1,25 por ciento sobre las contribuciones a la seguridad social.
Según explicó Johnson, con esa medida se recaudarían 12 mil millones de libras anuales (unos 14 mil millones de dólares) para restañar los daños causados por la pandemia de Covid-19 en el servicio de salud y en la atención a los adultos y personas vulnerables.
Aunque el Partido Conservador ostenta la mayoría en el Parlamento, muchos de sus legisladores están molestos porque la propuesta viola una de las promesas hechas durante la campaña electoral de 2019 de que nunca subirían los impuestos.
En su defensa, el primer ministro argumentó que no fue una decisión tomada a la ligera, pero que el enorme gasto financiero provocado por la Covid-19 lo dejó sin opciones.
Admito que esto rompe nuestro compromiso de campaña, y no es algo que se decidió a la ligera, pero una pandemia global no estaba contemplada en ningún manifiesto, argumentó.
El Partido Laborista, que había pedido más tiempo para analizar el plan en detalles, consideró que se trata de una medida desesperada resultante del mal manejo de la pandemia por parte del gobierno.
Su líder, Keir Starmer, se rehusó, sin embargo, a adelantar si la principal fuerza opositora en el Parlamento británico votará a favor o en contra del plan de Johnson.
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